domingo, 14 de octubre de 2012

EL AFILADOR - OFICIOS

EL AFILADOR

 
     El de afilador es uno de los oficios más característicos del mundo rural gallego, en particular del norte de la provincia de Orense, y más concretamente de los municipios de Castro Caldelas, Esgos, Chandreixa de Queixa, Nogueira de Ramuín, Pereiro de Aguiar, San Xoán de Río y Xunqueira de Espadañedo. Mezcla de saber técnico y oficio itinerante, la ocupación de los afiladores gallegos los llevó por el mundo adelante ejerciendo una peculiar forma de emigración estacional.

     Tenemos constancia de la existencia de afiladores ambulantes gallegos desde hace tres siglos. Es, por lo tanto, un antiguo oficio que resistió las inclemencias de la historia gracias a la tenacidad de estos hombres curtidos en las más duras condiciones laborales, familiares y personales.

     El medio de trabajo del afilador era la rueda o tarazana, primero transportada a espaldas del afilador, y más tarde rodando. Fue en la segunda mitad del siglo XX cuando la emblemática tarazana fue sustituida por herramientas más modernas, como la bicicleta o la moto equipadas con la rueda de afilador.


 


     Las nuevas tendencias económicas que implantaron la cultura "desechable" de «usar y tirar» dejaron sin sentido el trabajo de los afiladores que, poco a poco, fueron desapareciendo de las calles, caminos y carreteras. En la actualidad, los afiladores sobreviven gracias a la venta de herramientas de corte en comercios y afilando ocasionalmente cuchillos y tijeras usadas en el hogar.

     A pesar de esto, las herramientas de uso profesional no deben ser afiladas por afiladores ambulantes, ya que la mayoría de éstos, para hacer más rápido el servicio de afilado, emplean una piedra esmeril de grano muy grueso que destruye el filo gradualmente, sin contar con que en su mayoría sostienen los elementos a afilar solo a pulso, haciendo difícil que el filo alcanzado tenga el ángulo adecuado de acuerdo a la herramienta, en especial los cuchillos, que deben tener ángulos de entre 12 y 20 grados, de acuerdo al material que cortarán, como sucede en los cuchillos de carnicero, de cocinero o de jamoneros, para los que, además, la curvatura y el perfil de la hoja afilada son importantes porque de ésto depende la eficacia del corte, pues fueron diseñador para fines diferentes.
     Los cuchillos de uso profesional deben enviarse a afilar a un afilador establecido que posea piedras de acentar o piedras esmeriles planas de grano fino, las que permiten controlar el correcto ángulo de afilado. Éste procedimiento debe realizarse siempre usando abundante agua. Afilar un cuchillo correctamente es un proceso que puede tardar varios minutos e incluso horas y hasta meses como sucede con el afilado de katanas. Si bien un cuchillo mal afilado puede cortar, su vida útil se ve disminuida y la calidad del corte se empobrece.
     Los afiladores son comunes en los países en desarrollo, principalmente en los países de América Central y del Sur, donde la población no posee recursos suficientes como para cambiar de forma frecuente sus herramientas de corte.
XOAN ARCO DA VELLA
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