martes, 9 de octubre de 2012

LA CUEVA DE LA CURUXA


LA CUEVA DE LA CURUXA
 

     Todos decían que en la "Cova da Curuxa" había un gran tesoro escondido. Cierto fraile codicioso de estas riquezas y confiado en los poderes que la larga y reiterada lectura del Ciprianillo (el libro de los tesoros gallegos) le daba, tentó a un noble para que le ayudara a ir a buscarlo. Así lo acordaron, el noble ponía a su disposición sus soldados, y el fraile sus conocimientos, y luego, ya repartirían el tesoro.

     Reunió el hidalgo a una docena de sus hombres de armas, y después de quitar el temor con aguardiente se fueron a la entrada de la cueva. Clavaron estacas en el suelo y a las estacas amarraron cuerdas, y las cuerdas las amarraron a la cintura del fraile, del noble y de los seis soldados bien armados que con ellos iban a bajar.

     Cada cuerda ataba y sujetaba a un hombre. Con el Ciprianillo en la mano, hizo el fraile que todos se arrodillasen y comenzó una salmodia de latines, bendiciones y otros aspavientos que nadie entendía pero que todos creían era para desencantar la cueva y, daban por buena idea.

     Por fin bajaron alumbrados por antorchas llevando el fraile un crucifijo en una mano y el Ciprianillo en la otra.

     Los demás con las espadas en la mano y miedo en el resto del cuerpo. Nada mas adentrarse en la oscuridad aparecieron una gran cantidad de extraños pájaros que les atacaron, (o eso al menos les pareció a ellos), pues se defendieron con sus espadas. 


     El ruido en el interior hizo que los que afuera estaban se acercaran mas a la lóbrega y estrecha boca de la cueva, con lo que cuando los pájaros salieron en desbandada chocaron con ellos provocándoles con sus garras y picos heridas que los hicieron huir espantados.

     Mientras tanto en el interior de la cueva y después de encender algunas antorchas que en la pelea se habían apagado, continuaron avanzando. En la oscuridad se escuchaba un rumor, que a medida que se adentraban aumentaba. Formando un circulo alrededor del noble y del fraile que continuaba con el crucifijo y el Ciprianillo en las manos llegaron a un lugar por el que corría un río. Tan grande era que no eran capaces de ver son las antorchas la otra orilla. Decidieron en este punto encender los manojos de paja que traían. 
     Tras encender la paja, lo que apareció a sus ojos fue una inmensa gruta, grande como el interior de una catedral, con un gran río que les impedía el paso. Y al otro lado de este río, un enorme tesoro de objetos de oro y piedras preciosas centelleaba a la luz parpadeante del fuego. Se quedaron absortos contemplando tanta riqueza, y es entonces cuando uno de los soldados les señaló con su espada desenvainada un punto cercano al tesoro en el que se veían unas gentes extrañas vestidas con túnicas de seda que parecían flotar en el aire al caminar.
     Seguían absortos en la contemplación de estas maravillas cuando la luz de la paja casi consumida empezó a palidecer. El río era muy crecido y la corriente fuerte y no se atrevían a cruzarlo. Discutían que hacer pues el gran fuego de la paja se había apagado, y las antorchas estaban casi consumidas. En esto comenzó a soplar un viento extraño en la cueva que apagó las antorchas, comenzaron a notar un sabor extraño en la garganta y picazón en los ojos. En la oscuridad, cada uno comenzó a tirar de su cuerda para buscar el camino de regreso. Una sensación de asfixia y de ahogo se fue apoderando de ello, y mientras unos gritaban otros pedían auxilio y el fraile rezaba. 
     Por fin consiguieron salir todos, eso si, tosiendo y llenos de magulladuras y arañazos.


      Dicen los que esta leyenda narran, que antes de que hubiera pasado un año todos los que habían entrado en la Cueva da Curuxa y respirado su aliento habían muerto . . .
 


SÍGUENOS:
Facebook
Twitter
Pinterest
Google+
Instagram
YouTube
XOAN ARCO DA VELLA

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Está permitida la reproducción total o parcial de los trabajos y fotos de este blog.
Te agradecemos nos sugieras de sitios para trabajos nuevos.
Mis correos:
Apd. de Correos: 83 - 36900 - Marin - Pontevedra
xoanarcodavella@gmail.com
Telf - WhatsAp.: 600590901