O LUME DA ESCRITA
Una tradición desaparecida con la Inquisición
Todos
los años por San Lorenzo, los habitantes de Coba subían en procesión a
las cumbres de "A Escrita", las imponentes masas de peñas que como
guardianes vigilan lo que ocurre en la falda de la montaña donde se
sitúa el pueblo de Coba.
Los
hombres previamente habían subido los elementos mágicos que iban a ser
quemados en la gran hoguera llamada "O lume da Escrita". El ritual
consistía en quemar diversos elementos entre los que había ramas de
árbol, como laurel, abedul, roble, castaño, pero también se quemaba ajo,
lana de oveja negra, rabo de lobo etc. Puede que la composición esté
incluida en la rima popular:
Bidueiro e loureiro
carballo e allo,
castiñeiro e pelica de año,
la de ovella negra
coiro de cabalo e
pluma de galo.
Pero
lo que realmente era la base de la hoguera era el tojo, genista y brezo
(toxo, xesta e torgos de uz) así como paja de centeno.
Había
muchos ritos y simbolismos que se debían cumplir, una de las cosas mas
importantes es que había que mantenerla encendida desde la puesta de sol
hasta el amanecer por lo que había que tener suficiente provisión de
leña seca, pero además había que prever si llovía haciendo chozas tanto
para la leña como para las personas. Cuando la hoguera ya estaba ardiendo, todos los presentes tenían que tirar una castaña al fuego. Si llegaba el primer rayo de sol y alguien no lo había hecho era un mal presagio, por eso incluso se llevaba a los enfermos en parihuelas, angarillas, a hombros, como fuera para que pudieran lanzar su castaña al fuego sagrado. Daba muy mala suerte tirar mas de una castaña, por lo que era muy importante que el aguardiente que corría generosa no hiciera olvidar tan importante detalle, algunos incluso se hacían un corte con un cuchillo para no olvidarse.
Aunque todos los habitantes del pueblo tenían que colaborar en preparar la hoguera, para lo que se tocaba a concello, cada año una familia distinta tenía el honor de ser la encargada de prender la hoguera. Uno de sus miembros debía subirse a la Peña del Sol (O Penedo do Sol) pues es el punto mas alto, y desde allí avisaba con un arrulo cuando veía el ultimo rayo de sol. Desde la hoguera se esperaba esta señal e inmediatamente se prendía fuego a la paja de centeno para que comenzara a arder y al mismo tiempo todos los allí presentes arrulaban con todas sus fuerzas en dirección al pueblo de Coba.
En el transcurso de la noche y antes de que saliera el sol, la misma familia encargada de encender la hoguera, tenía que bajar al pueblo llevando un tizón encendido hasta la lareira de su casa y allí encender el fuego llamado nuevo, "lume novo". Si todo había ido bien, hacían señales prendiendo una pequeña hoguera ya preparada en un campo de la Perguiza. Si no habían podido encender el "lume novo", tocaban las campanas, e inmediatamente tenían que salir desde A Escrita dos tizones encendidos para encender la lareira antes de la salida del sol.
Dicen que una vez, los encargados de llevar el tizón iban demasiado bebidos, y se les apagó por el camino, pero encendieron la lareira y dieron la señal de que todo había ido bien. Ese año vino una gran sequía y los bandoleros del Conde de Lemos vinieron a quitar lo poco que había de comer.
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XOAN ARCO DA VELLA
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